Título original: Majo no takkyūbin (魔女の宅急便) | Título en
Latinoamérica:
Kiki, entregas a domicilio | Dirección:
Hayao Miyazaki | Producción: Hayao
Miyazaki | Guion: Hayao Miyazaki | Música: Joe Hisaishi | Estudio: Studio Ghibli | Estreno: 29/jul/1989 | Género: Animación, drama, comedia | Protagonistas: Minami Takayama, Rei
Sakuma, Kappei Yamaguchi
Basada en el libro homónimo de Eiko Kadono, “Kiki,
entregas a domicilio” nos narra la historia de Kiki, una pequeña bruja que debe
comenzar su independencia, yéndose a vivir sola a un pueblo en el que no haya
brujas, una vez instalada en una panadería de la ciudad portuaria de Koriko,
conoce a diversos personajes que la ayudaran en su camino de convertirse en una
gran bruja, como Osono y su esposo, los dueños de la panadería, Tombo, un niño
con cierta fascinación a todo lo que vuele y Úrsula, una chica independiente
que vive en medio del bosque y que se dedica a pintar.
Algo que me gustó mucho de esta película es toda esa
mitología implícita que rodea a las brujas: sabemos que, al cumplir los 13
años, las brujas deben independizarse de sus padres e ir a un pueblo en donde
no haya una bruja ya (lo que nos dice que solo puede haber una bruja por
pueblo), se menciona también que las brujas deben tener una especialidad, que
su estado de ánimo afecta sus poderes y que la relación que tienen con sus
gatos es más especial de lo que creemos, pero poco más, la mayor parte de lo que
sabemos es por suposiciones, por comentarios que se hacen y llegamos a
entender, pero fuera de eso todo se deja a la imaginación/intuición de cada
quien.
De nueva cuenta vemos la fascinación que tiene Miyazaki a
los aviones, dirigibles y cualquier artefacto volador, tal y como lo viéramos
de pasada con Kanta, el vecino de Mei y Satsuki en Mi vecino Totoro, aquí se
nos presenta a Tombo, un personaje muchísimo más desarrollado que refleja ese
amor de Miyazaki. También tenemos esos bellos escenarios de la campiña
japonesa, aunque lo que predomina más es la ciudad de Koriko de estilo europeo,
con su torre del reloj, su ajetreada calle, sus callejones, callejuelas e
incluso una playa. Sin duda, las escenas de Kiki volando ayudan a que los
animadores se luzcan con los escenarios.
Algo que noté en este nuevo visionado para el reto Ghibli
es que se tratan temas como la depresión y la madurez del personaje
protagonista, también se presentan personajes femeninos fuertes e
independientes como lo fuera Nausicäa en su momento, aquí no solo tenemos a Úrsula
y a la misma Kiki, sino que conocemos a Kokiri, la madre de Kiki; Osono, la
mujer embarazada que aloja a Kiki y dos particulares personajes que no
recordaba y que amé en esta ocasión: Madame y Barsa, siendo la primera una
anciana amable y cariñosa, y la segunda su risueña ama de llaves, ambas mujeres
viven juntas en la mansión de Madame e inspiran tanta ternura que es imposible
no amarlas en las pocas escenas en las que salen. Todas ellas se nos muestran
como personajes fuertes que, aunque se ayudan entre ellas, no necesitan que nadie
les resuelva sus problemas, a diferencia de lo que Disney nos tenía
acostumbrados hasta la fecha de esta película (Para 1989 Disney estrenaría La
sirenita, dos años después La bella y la bestia, luego Pocahontas y Mulán, que
son los primeros referentes a Mujeres fuertes que tiene ese estudio), y
hablando de Kiki y Úrsula, me encanta esa relación tan cercana que hay entre
ambas y como Úrsula ayuda a la pequeña bruja cuando ésta siente que se le viene
el mundo encima.
Y no me gustaría irme sin mencionar la música de Joe
Hisaishi, a diferencia de sus otras películas, aquí la música resalta mucho con
un estilo muy similar al de la música surf muy de los años 60s que se disfruta
bastante y le da otro aire a la cinta.
En definitiva ¿Recomendaría Kiki, entregas a domicilio?
Sí, es una película entretenida con el drama justo para que los espectadores
casuales no se aburran, si no la han visto, denle una oportunidad.
Calificación PLAY: 8.0/10
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