Título original: The adventures of Ichabod and Mr. Toad | Título en Latinoamérica: Dos personajes fabulosos | Dirección: Jack Kinney, Clyde Geronimi,
James Algar | Producción: Walt
Disney | Guion: Homer Brightman,
Winston Hibler, Erdman Penner, Harry Reeves, Joe Rinaldi, Ted Sears | Música: Oliver Wallace | Estudio: Walt Disney Productions | Estreno: 05/oct/1949 | Género: Animación, comedia, cortometrajes
| Protagonistas: Eric Blore, Pat
O'Malley, Colin Campbell, John McLeish, Campbell Grant, Claude Allister, Leslie
Denison, Edmond Stevens, The Rhythmaires, Basil Rathbone, Bing Crosby
Al fin llegamos al final de la
edad empaquetada de Disney, en esta ocasión se presentan dos clásicos de la
literatura: “El viento en los sauces” de Kenneth Grahame y “La leyenda de
Sleepy Hollow” de Washington Irving, siguiendo un estilo más similar al de Funand Fancy free que al de los demás filmes de cortometrajes que intentaban
emular a Fantasia.
Al ser dos cortometrajes
basados en libros, se nos presentan por medio de escenas live action en una
biblioteca, el primer segmento nos narra la historia de J. Tadeo Sapo, mejor
conocido como el “Señorito Sapo”, un aristócrata inglés que, siguiendo los
pasos de otros grandes personajes reales como Lord Byron o literarios como
Dorian Gray, no escatima en nada con tal de satisfacer sus impulsos y deseos,
por más extraños que estos parezcan. Así pues, al inicio de la historia vemos
que su nueva “afición” es recorrer la campiña a lomos de su nuevo amigo Cirilo
Nuncamiente, destrozando todo a su paso y ocasionando que su riqueza familiar
se vaya en reparar los daños.
En toda mi vida, debo confesar
que esta película era la única de todos los clásicos animados de Disney que
jamás había visto completa, había visto únicamente el segmento de “La leyenda
de Sleepy Hollow”, pero, aunque tengo claros recuerdos de que tenía un VHS
titulado “El viento en los sauces” (que mostraba al señorito Sapo conduciendo
un auto rojo al lado de otros personajes que, después, sabría que eran el Sr.
Topo y el Sr. Ratón), jamás vi esta película, nunca me llamó la atención y
ahora que por fin pude apreciarla, creo que no terminó de convencerme.
El señorito Sapo es de esos
protagonistas que caen mal desde el inicio, es egoísta, presumido, obsesivo y
no le importa perjudicar a sus amigos con tal de satisfacer sus deseos y en
ningún momento se siente culpable o se arrepiente de sus actos, salvo cuando el
perjudicado es él mismo. Afortunadamente
el resto de los personajes no son así y uno disfruta hasta de los villanos y
esa persecución tan divertida que, incluso, fue reutilizada en “El libro de la
selva”. Fuera de eso, este mediometraje no brilla ni por su soundtrack, ni por
su estilo de animación que se parece muchísimo al de las Silly symphonies de 20
años atrás.
El segundo segmento nos narra
las aventuras de Ichabod Crane, un supersticioso, glotón y bastante feo
profesor que se muda al pueblito de Sleepy Hollow en donde se enamora de la
bella Katrina van Tassel, consiguiendo que Hueso, el matón del pueblo, se ponga
en contra suya y comience una guerra entre los dos por el corazón de Katrina,
una guerra que terminaría involucrando al fantasma del jinete sin cabeza.
Tengo muy gratos recuerdos de
esta película. Este segmento se disfruta bastante, la música es muy buena y
tiene algunas canciones memorables (aunque no al nivel de clásicos como “Fabula
ancestral” o “Mi príncipe vendrá”) y si tienen la oportunidad de ver el doblaje
latinoamericano con la voz de Tintan, no se arrepentirán. La animación es
sencilla pero las escenas del jinete sin cabeza son bastante buenas (mi parte
favorita, la verdad) y yo creo que sí podrían asustar a más de un niño.
Algo que me gustó es que el
protagonista no es tan pesado como el señorito Sapo, pero también tiene lo
suyo, se aprovecha de su posición para comer gratis en las casas de sus alumnos
y su interés por Katrina es meramente monetario pues es la hija de hombre más
rico de Sleepy Hollow; Katrina, por su parte, tampoco es una santa, desde el
principio se da a entender que solo juega con Ichabod para molestar a Hueso; y
finalmente Hueso, aunque es uno de los villanos de la historia, se siente como
el personaje más natural y honesto, le gusta Katrina porque es bonita y no se
molesta en ocultar los celos que siente, a diferencia de Ichabod, no finge para
agradar a los demás.
Si acaso algo no me gustó es
el final, siento que ese par de minutos extras y esa explicación que dan,
arruinan el ritmo y la historia que llevaban armando desde la escena de la
fiesta en casa de los van Tassel.
Ahora… ¿La recomendaría?
Definitivamente sí, y aunque “El viento en los sauces” no es malo, creo que si
se disfruta menos que la historia de Ichabod.
Calificación PLAY: 7.8/10
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