Título original: Tenkū no Shiro Rapyuta (天空の城ラピュタ) | Título en
Latinoamérica: El castillo en el cielo | Dirección: Hayao Miyazaki | Producción:
Isao Takahata | Guion: Hayao
Miyazaki | Música: Joe Hisaishi | Estudio: Studio Ghibli, Toei Company | Estreno: 02/ago/1986 | Género: Animación, aventura, fantasía,
steampunk | Protagonistas: Mayumi
Tanaka, Keiko Yokozawa, Kotoe Hatsui, Minori Terada
“El castillo en el cielo” es
la primera película animada oficial de Studio Ghibli, fue dirigida por el gran
Hayao Miyazaki y nos cuenta las aventuras de dos chicos: Sheeta, una huérfana
que es perseguida tanto por piratas como por el ejército, ambos con tal de
apoderarse del cristal que lleva la niña al cuello, el cual los llevaría a las
riquezas ocultas de Laputa, una isla flotante protagonista de un sinfín de
leyendas; y Pazu, un huérfano quien tras encontrarse con Sheeta decide ayudarla
a huir de sus persecutores.
Ya hacía muchos años que había
visto esta película y tenía muchas ganas de hacer este revisionado y es que “El
castillo en el cielo”, aunque curiosamente no es una de las películas de Ghibli
más reconocidas, es una de esas películas que ha dejado un legado cultural
innegable y lo podemos ver en películas como “Atlantis: el imperio perdido” de
Disney o “WALL-E” y “Up: Una aventura de altura” de Pixar.
La película comienza
directamente con una escena de acción que nos permite ver a Sheeta escapando de
un intento de secuestro en un dirigible del ejército (con piratas montando unas
especies de motocicletas voladoras), tras esa secuencia inicial nuestra
protagonista cae, literalmente, en los brazos de Pazu, y pasamos la siguiente
hora viendo como ambos chicos huyen de diversos enemigos.
La animación es muy sencilla,
pero la vista de la isla flotante es brutal, los escenarios de Studio Ghibli no
dejan de asombrarnos a pesar de haberlos visto mil veces y eso es, sin duda,
parte de su encanto. Aquí, el diseño de la isla con su castillo y su bosque,
los robots tanto amables como destructivos que la custodian, los dirigibles y
los vehículos voladores de los piratas (algo muy Miyazaki), incluso la misma
atmosfera steampunk, te invitan a querer conocer y descubrir más de ese mundo.
La música de Joe Hisaichi no llega a ser tan épica (sigo prefiriendo su
composición para Nausicäa) pero tampoco tiene desperdicio, de hecho, existen
dos soundtracks (el original y una versión más orquestal que Hisaichi hizo
explícitamente para la versión estadounidense) y ambos son buenos.
Si hay algo que no me terminó
de convencer fueron los protagonistas, ambos tienen sus momentos de pesadez,
aunque nada grave; y algunas escenas de humor, no porque fuera malo, pero si es
un humor algo ochentero que nos recuerda mucho a “El castillo de Cagliostro” y
desentona con el resto de la película ¿es eso malo o arruina la experiencia de
verla? No, para nada. Solo es algo que habría que tomar en cuenta al momento de ver esta película.
Como dato curioso, la isla
flotante de la película está basada en la isla del mismo nombre que aparece en
“Los viajes de Gulliver”: “Laputa”, y aunque no significa nada en japonés, en
español es una palabra algo llamativa y resulta interesante escuchar el doblaje
latino y escucharlos decir cosas como “Vayamos a salvar a Laputa”.
¿Recomendación? Sí, es una
película muy bonita con grandes secuencias (en especial los planos generales),
personajes memorables (recordemos que uno de los robots de Laputa puede verse
en el museo Ghibli) y una historia sencilla pero bien construida. Si no la han
visto, véanla y si ya la vieron cuéntennos qué les pareció.
Calificación PLAY: 8.7/10
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